extracto del reportaje en francés: http://videos.arte.tv/fr/videos/les_meres_courage_de_fukushima_extrait_-6459374.html
fotos en pagina Arte en alemán: http://www.arte.tv/de/6455468.html
«No hay peligro, todo está bajo control». Esto sigue siendo, más o menos, el discurso oficial de las autoridades japonesas un año después de la catástrofe de Fukushima. No existen riesgos con la radiactividad caída en las zonas ubicadas en la prefectura de Fukushima, no se preocupe por el resto del archipiélago: las consecuencias del desastre nuclear no es un problema en el resto de Japón. Las autoridades sólo reconocen, pero con la boca pequeña, que es probable que los niños, vulnerables, pudieran encontrar algunos inconvenientes relacionados con la radiación. El gobierno también ha, para tranquilizar a la opinión pública, decidido someter a todos los niños de Fukushima a un examen, de por vida, de la tiroides. Las madres de la zona, están convencidos de que sus hijos están en peligro, y se encuentran, de hecho, frente a un dilema: huir con sus hijos, o quedarse, aunque poniendo en riesgo su salud. 60000 personas se han largado ya. Pero elegir la fuga, en Japón, es tomar el riesgo de ser estigmatizados por la sociedad…Todos no pueden irse, unos están atados por su trabajo, otros por el suelo que hasta hoy les daba de comer. Las madres de Fukushima, para mejorar la gestión de estas opciones y no terminar aisladas, han tomada las riendas y han montado muchas asociaciones donde se reúnen. Este movimiento ha sido inmediatamente calificado por las autoridades de «movimientos peligrosos izquierdistas”… Pero, sin embargo, este movimiento de «madres de Japón» comienza a organizarse, incluso más allá dela Prefecturade Fukushima. En Tokio, las madres, preocupadas por la seguridad alimentaria, se encuentran en reuniones donde hablan de sus últimos hallazgos: el arroz del año pasado, comprado por Internet y garantizado no radiactivo, o incluso intercambian métodos para garantizar que el agua que usan no está contaminada. Estas reuniones son un éxito en la capital y en la parte norte de la isla y son cada día más importantes. Su existencia indica la creciente desconfianza de los japoneses hacia su gobierno, hacia sus estadísticas y hacia su estrategia de comunicación demasiado tranquilizadoras para ser honestas.
En la zona de evacuación la autoridad ha decidido que el peligro había pasado y que la gente puede volver. Pero solo el 28% de la población se lo cree y ha vuelto.
En la central de Fukushima 3000 personas trabajan cada día para limpiar y seguir limitando, en la medida de lo posible, las consecuencias de las tres catástrofes: el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear debido a la incoherencia humana. Tepco no tiene problemas para encontrar personal sin pasar por el Inem local o por las empresas de trabajo temporal. Gracias a la mafia japonesa, que trabaja ahí a sus anchas con los empleados que ha colocado: parados y sin techos. Es casi imposible hablar con ellos, el contrato que han firmado con la empresa es formal: ninguna información debe salir de sus bocas. Tampoco sabremos si han firmado contratos indefinidos. Nadie sabe cuanto tiempo durarán en su empleo o si lo abandonarán pronto por deceso. Ni lo que cobran. Todo es un misterio. Todo es secreto.
Como después de Three Miles Island o de Chernobil,La Mentira, una vez más, recubre el desastre nuclear de Fukushima. En Japón y en el resto del Planeta.
Lo peor es que nos quieren hacer creer que la opinión pública mundial ya ha borrado de su mente el trauma que supuso Fukushima. Con la gran ayudad de los medias “Main Stream”, con su procesión diaria de mentirillas por omisión, manipulaciones y sucesión de dramas: DSK y su adicción al sexo, la ayuda “humanitaria” a Libia que se convirtió en lo que hemos visto, Siria que la OTAN no logra desestabilizar del todo, y (entre otros) el dracma griego que no para de enseñarnos con adelanto nuestro futuro.
