Anti-disturbios: presentación del nuevo cañón de ondas electromagnéticas para tostar el manifestante.

Ya conocíamos el nuevo método para luchar contra el picudo, ese bicho que mata nuestras palmeras: bajan una especie de teléfono móvil en el centro del tronco para, con las ondas electromagnéticas, acelerar las células de los bichos hasta que hierven como el agua o la leche en un micro ondas y que los insectos exploten como los marcianos en la película de Tim Burton. El ejercito norte americano lo ha hecho mucho mejor presentando su nuevo cañón antidisturbios capaz de enviar ondas electromagnéticas a 1 Km. de distancia y provocar una sensación de calor  insoportable en los individuos apuntados. Se trata de tostar a los oponentes. Este tipo de cañón  electromagnético provoca un calor insoportable en el pecho y tiene la particularidad de estar clasificado como arma no letal. Me voy a comprar uno ipso facto.  Para que luego algunos científicos nieguen la existencia de HAARP….

PD:Nos comunican que si los anti-disturbios de Valencia dispararan a estudiantes menores y les achicharraran, Na Carolina Punset y sus compinches del Cipal no votarian si a una moción municipal condenando el hecho. ¿Pa qué?

video en francés BFM tv: http://www.google.es/imgres?um=1&hl=es&sa=N&biw=1280&bih=709&tbm=isch&tbnid=37h4rhaSA4ezAM:&imgrefurl=http://labs.ebuzzing.fr/video/usa-armee-presente-canon-anti-emeutes-electromagnetique-6581243&docid=mlBHF97V_x79jM&imgurl=http://im.wk.io/images/v/62e7d0/l-essentiel-de-la-semaine-6.jpeg&w=480&h=360&ei=oc9hT6-bLKTF0QXf3_21CA&zoom=1

Máximo Sandin: somos bacterias y virus…

«No hay túnel que dure cien años, mi vida.» ¿Cuanto años ya, vamos repitiendo las mismas ideas que las escritas ahí abajo? ¿Perdón, cuantas décadas? Ojeo algunas revistas Integral de los años 80 y leo lo mismo que se escribe ahora. Es para preguntarse si la vía mental sirve para algo para convencer democráticamente a los demás que otra economía, otra vida es posible. A esta pregunta respondo que si: la vía mental es inútil. Argumento: antes, hace 30 años, los ecologistas eran verdaderos filósofos de vida. Eran personas sinceras. Honestas.No se les hubiera ocurrido predicar algo que no vivían. Hoy no. Hay ecologistas de profesión que se disfrazan de capitalistas para representar grandes firmas del Bio en las Ferias «alternativas» de productos supuestamente ecológicos…se visten de capitalista porque comparten la ideología  capitalista, trabajan para grandes empresas capitalistas y son capitalistas. Hay vendedoras de política verde dolares sentadas en los ayuntamientos que cuando llegan a casa se gastan 4 planetas como los demás. Se beben una Coca-Cola (light) o una cerveza mejicana mientra la chacha, perdón la auxiliara, pone la lavadora, tiende la ropa, prepara la cena y se ocupa de las nenas….Hay escritores del decrecimiento a los que no se les ocurre compartir gratis sus ideas, las venden página a página. Hay chavales salidos de las universidades donde se aprende lo bonito y sano de lo verde que se venden en el Mercado como si fuesen traiders. Se comercializo esta filosofía, mi vida y así se desprecia…   Por eso, si me preguntasen acerca de la vía del mental (de la escritura, de la palabra, de la imagen, de la razón) para convencer a nuestros conciudadanos de la idoneidad  de cambiar dramática, rápida y radicalmente de paradigma social, respondería que no. Pero no te preocupes, nadie me va preguntar. La vía mental como medio racional de convencimiento de los demás resulta inútil. Hace demasiado tiempo que se intentó vanamente y son demasiados los voluntarios a oportunistas, a traidores, a hipócritas, a vividores, a corruptos, a trepadores,  llenarse la boca de democracia, de participación ciudadana, de auto gestión, etc. Todos estos farsantes adeptos y adictos al «poco a poco lo lograremos». Y al final, después de 30 años el resultado es igual a un poco más de lo mismo, aquí en España, en Francia, en Alemania o en Pernambuco. Y que no me vengan con el no tan nuevo argumento que la mujer es el porvenir del hombre. En casa hemos creído en este espejismo, nos hemos agarrado a este salvavidas pero hoy , no encendemos la tele por miedo a verlas. A estas peperas del opus caricaturando los hombres. Por lo menos, ellas han logrado la igualdad con ellos: iguales en la necedad. A la velocidad que andamos el camino mental hacia el cambio de paradigma salvador, llamar al Milagro será más eficaz. Por otra parte, el decrecimiento por vía anal impuesto por el Sacro Santo Mercado no parece funcionar tan mal. Por lo menos para los que lograban llegar a fin de mes, sin más, y que ahora van a probar  la pobreza. A los que ya tocaban la pobreza, les mandan de un puntapié a probar de la miseria. Hace falta eso para que los ricos tengan su crecimiento personal asegurado.

Porque la idea de pobreza voluntaria, no vende, en un mundo capitalista. Y menos a los que tienen mucho. Pero de que vas…

Digo yo.  

 

Máximo Sandín – Somos bacterias y virus

La guerra permanente contra los entes biológicos que han construido, regulan y mantienen la vida en nuestro Planeta es el síntoma más grave de una civilización alienada de la realidad que camina hacia su autodestrucción.

Las dos obras fundacionales que constituyen la base teórico-filosófica del pensamiento occidental contemporáneo, de la concepción de la realidad, de la sociedad, de la vida, y que han sido determinantes en las relaciones de los seres humanos entre sí y con la Naturaleza son “La riqueza de las naciones”de Adam Smith y “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia” de Charles Darwin. La concepción de la naturaleza y la sociedad como un campo de batalla en el que dos fuerzas abstractas, la selección natural y la mano invisible del mercado rigen los destinos de los competidores, ha conducido a una degradación de las relaciones humanas y de los hombres con la naturaleza sin precedentes en nuestra historia que está poniendo a la humanidad al borde del precipicio. El creciente abismo entre los países víctimas de la colonización europea y los países colonizadores, las decenas de guerras permanentes, siempre originadas por oscuros intereses económicos, la destrucción imparable de ecosistemas marinos y terrestres… sólo pueden conducir a la Humanidad a un callejón sin salida.

La gran industria farmacéutica se puede considerar, dentro de este proceso destructivo, un claro exponente de la aplicación de estos principios y de sus funestas consecuencias. La concepción del organismo humano y de la salud como un campo para el mercado, como un objeto de negocio, unida a la visión reduccionista y competitiva de los fenómenos naturales ha conducido a una distorsión de la función que, supuestamente, le corresponde, que puede llegar a constituir un factor más a añadir alos desencadenantes de la catástrofe. Un ejemplo dramáticamente ilustrativo de los peligros de esta concepción es el alarmante aumento de la resistencia bacteriana a los antibióticos, que puede llegar a convertirse en una grave amenaza para la población mundial, al dejarla inerme ante las infecciones (Alekshun M. N. y Levy S. B. 2007). El origen de este problema se encuentra en los dos conceptos mencionados anteriormente, que se traducen en el uso abusivo de antibióticos ante el menor síntoma de infección, su utilización masiva para actividades comerciales como el engorde de ganado, y su comercialización con evidente ánimo de lucro, pero, sobre todo, de la consideración de las bacterias como patógenos, “competidores” que hay que eliminar.

(…)

La concepción de la naturaleza basada en el modelo económico y social del azar como fuente de variación (oportunidades) y la competencia como motor de cambio (progreso) impone la necesidad de «competidores» ya sean imaginarios o creados previamente por nosotros y está dañando gravemente el equilibrio natural que conecta todos los seres vivos. Pero la Naturaleza tiene sus propias reglas en las que todo, hasta el menor microorganismo y la última molécula, están involucrados en el mantenimiento y regulación de la vida sobre la Tierra y tiene una gran capacidad de recuperación ante las peores catástrofes ambientales. El ataque permanente a los elementos fundamentales en esta regulación, la agresión a la “red de la vida”, puede tener unas consecuencias que, para nuestra desgracia, sólo podremos comprobar cuando la Naturaleza recobre el equilibrio.

Extraído del artículo ‘La guerra contra bacterias y virus: Una lucha autodestructiva’ de Máximo Sandín