El Mundo, animado de un movimiento eterno y sin descanso, ejecuta su revolución a una velocidad inefable en el espacio de 24 horas: es un hecho que la salida y la puesta del Sol no han dejado duda. Debemos creer que el ruido producido por la rotación perpetua de una masa tan enorme es infinito, ¿pero se escapa a nuestro oído? No puedo contestar, ni sé si el sonido producido por los astros que se mueven juntos en sus orbes es un concierto de una harmonía y de una suavidad increíble. *
Plinio el Viejo (siglo 1 dc)
(Tentativa de traducción :Alteatequieroverde)
Detrás de una fina cortina de nubes media Venus ya está bastante alta en el cielo a las 7:43 am. Foto alteatequieroverde.
foto alteatequieroverde
En el crepúsculo de la mañana, Venus sale por encima de las barcas, también iluminadas, de los pescadores al horizonte. Casi donde saldrá el Sol una hora más tarde, entre las constelaciones de Águila, Serpiente y Sagitario.
*Hanc ergo formam eius aeterno et inrequieto ambitu, inenarrabili celeritate, viginti quattuor horarum spatio circumagi solis exortus et occasus haut dubium reliquere. an sit inmensus et ideo sensum aurium excedens tantae molis rotatae vertigine adsidua sonitus, non equidem facile dixerim, non, Hercule, magis quam circumactorum simul tinnitus siderum suosque volventium orbes an dulcis quidam et incredibili suavitate concentus. nobis qui intus agimus iuxta diebus noctibusque tacitus labitur mundus.
Plinio el Viejo, Libro 2.
Altea te quiero verde 