La guerra es una herramienta necesaria para el capitalismo que se encuentra de nuevo, como es normal porque es capitalismo, en un callejón sin salida. Solo conozco pocos otros ejemplos de obsolescencia programada tan terriblemente eficaz como la guerra: las Fallas de Valencia y las catástrofes naturales de envergadura. La guerra permite acabar con las existencias acumuladas, permite fabricar un montón de chatarras costosas que enseguida serán inservibles porque destruidas y terminar de una vez con humanos parados e inútiles para el sistema productivo (ya están los robots) que empiezan a ser molestos.
Todos los signos apuntan a que las familias que detienen todas las riquezas del planeta han decidido enfrentar a los pueblos y a las naciones para llegar a concentrar todavía más la riqueza entre sus manos. Un proceso de destilación…
Mientras el jefe del ejército suizo aconseja a sus conciudadanos confederados seguir su ejemplo y acoplar reservas alimentarias y leña por lo que puede suceder*, la OTAN, perdón Estados Unidos despliega tropas en Polonia. Francia, como buen caniche de los yanqui desde Sarkozi y nada cambia con el payasete Hollande ya ha mandado tres navíos de guerra por el mar Negro.
Cada día huele un poco más fuerte a pólvora.
La capacidad de destrucción masiva de la verdad por parte de los occidentales es tan fuerte que ya será demasiado tarde cuando empezarán las hostilidades. Nos encontraremos con un casus belli antes de que seamos capaces de reaccionar. Y aunque nos hayan demostrado que nuestros gritos para la paz no sirven para gran cosa, moralmente estamos a tiempo de gruñir NO a la Guerra.
*http://www.tdg.ch/suisse/Le-chef-de-l-armee-refait-ses-reserves-de-guerre/story/30365960