El Estado al servicio de las transacionales

El nuevo papel del Estado dentro de la economía capitalista global tiene como objetivo ser el proveedor de recursos naturales, de servicios básicos y esenciales, de concesiones, infraestructuras y patentes legisladas para las empresas transacionales, además de protegerlas de las exigencias populares de derechos laborales, sanitarios, medioambientales y humanos.
Todo esto entraña la retirada de servicios a la ciudadanía, la imposición de austeridad, y un uso más agresivo de la maquinaria de aplicación de la ley y el orden estatales para salvaguardar los intereses de las ‘multinacionales’. El Estado se ha difuminado salvo como una fuerza de ley y orden. Ya no desempeña el papel de protector del interés público, y por extensión del interés nacional.
La erosión de la soberanía del Estado frente a las fuerzas externas conduce a una mayor utilización por parte de esas fuerzas del Estado como instrumento; y eso suele deteriorar la soberanía de las personas. El pseudonacionalismo basado en la identidad étnica y religiosa sale entonces a escena para llenar el vacío político que ha creado el Estado invertido.
Para saber más: Ecofeminismo. María Mies y Vandana Shiva. 1993.