Al atardecer me paseé por la ribera izquierda del rio Algar antes de ir a cerrar el invernadero en la alcoleja. Gire mi cabeza como hacia antaño, marinero de velero, hasta encontrar la dirección del fresco viento. Cuando vibraron a la vez mis dos orejas supe que, en este momento, soplaba del sur este.
Caminé un buen rato al lado de la vegetación: el primer ruiseñor del año, escondido en un matorral, cantó muy cerca de mis oídos. El primero del año, un poco pronto a mi gusto, como los primeros signos de alergia al polen.
Un cormorán muy negro, en posición de cormorán secándose, las alas abiertas, estaba inmóvil en mitad de una profusión de patos y de gallinas de agua que se disputaban algo invisible a mis ojos. En el cielo planeaban dos grullas que gritaban roncamente.
El paisaje, despejado de tantos autos caravanas que urbanizaban el lugar, había recobrado su quietud. Esta armonía me envolvió rápidamente. No estaba en Doñana, por supuesto, pero en este remanso de paz donde las aguas del rio conocen al mar supe que re-encontraba mi ser. Cada uno de nosotros necesita islas de paz de esta Naturaleza para no desequilibrarse en el mundo de los hombres creado para contables. En estas islas, sin saberlo, volvemos a toparnos, un poco, con nuestro ser interior siempre opuesto al ser humano del haber y de sus mercancías. Que cada uno aproveche de nuevo este lugar respetando lo salvaje.
El parto ha sido largo y suponemos doloroso, muy doloroso. ¡Porque para parir estos dos pedruscos que ahora impiden el acceso a cualquier vehículo de motor en la desembocadura del Algar: Chapeau! Pero ya están. La decisión prometida por nuestra regidora, Beatriu Nomdedeu, quien ha sido nuetsra interlocudora, ha sido cumplida. Desde Alteatequieroverde le damos las gracias y le pedimos disculpas si en algún momento se sintió molesta por la presión de las notas publicadas en este blog, por nuestro tono maleducado, irónico o lo que sea. No dudaríamos en mojarnos de nuevo si ayuda adelantar una decisión justa y necesaria y esperamos: definitiva. Sabemos que intereses contradictorios imperarán de nuevo dentro de unos meses cuando el chiringuito (que nunca debería estar aquí) abra puertas, pero mientras tanto, la presión ejercida sobre este medio ambiente, tan sensible, por el ejército de los muy simpáticos abuelitos y abuelitas que acampan en sus campers cesa. Gracias a nuestra regidora por haber cumplido lo prometido pero también muchísimas gracias a Leonor que (con otras y otros) pelea desde hace meses para devolver lo salvaje a este lugar. Y gracias a nuestros pocos lectores que también se implicaron solicitando (de manera muy educada por cierto) el adelanto de los acontecimientos por correos electrónicos. Gracias a todos.
Nota de prensa del Ayuntamiento:
Altea, 23/02/2016
Roque Ferrer, edil de Infraestructuras, informa de la restricción de caravanas y autocaravanas en la zona de la desembocadura del río Algar
El edil de Infraestructuras, responsable de la escena urbana, Roque Ferrer, ha informado hoy mismo sobre la restricción de paso a las caravanas y autocaravanas que tendrá lugar desde el viernes 26 de febrero en la desembocadura del río Algar.
El concejal del área afirma que esta restricción se debe, y más aún, a la intención de salvaguardar la seguridad de los usuarios de la zona, principalmente caravanistas, por el riesgo de inundaciones, por respeto al medio ambiente y para reducir el impacto paisajístico que suponía, por lo que se ha decidido poner en marcha este protocolo de seguridad coordinado entre la concejalía de Infraestructuras y la concejalía de seguridad Ciudadana, encabezada por Vicente Ripoll.
Roque Ferrer ha querido destacar la importancia de esta labor, ya que gracias a ella se evitarán posibles desgracias en la zona en cuestión, al tratarse de una zona de riesgo al ser la desembocadura de un río.