Los primeros ataques a la epistemología al comienzo de la pandemia allanaron el camino para la «ciencia religiosa», es decir, supuestos no negociables que se basan únicamente en la autoridad y la descalificación personal.
La epistemología es el darwinismo aplicado a la ciencia. La ciencia mala o mal formada perece y da paso a una ciencia bien formada, demostrable, rastreable y reproducible.
Al romper este mecanismo de autocorrección y reemplazarlo con supuestos políticos, la camarilla globalista ha logrado sembrar confusión, miedo, ignorancia y fragmentación. ¿Por qué les funcionó tan bien? Porque la ciencia moderna es tan compleja y la base de conocimientos tan masiva que los no científicos tienden a delegar todo el pensamiento científico a los llamados científicos profesionales. De aquí proviene la falacia de «confiar en la ciencia».
De hecho, las personas no científicas confían en los científicos, que en realidad son personas ante todo, y cuya ciencia puede ser o no tan rigurosa y actualizada como requiere el contexto. Esta laguna se ha aprovechado para difuminar la delgada línea entre el conocimiento científico y la opinión personal. Muchos epistemólogos han aprovechado la oportunidad para explicar y desacreditar este truco de la cábala, pero sus voces han sido suavizadas por los otros cómplices de esta estafa: los principales medios de comunicación.
La camarilla sabe que este efecto no durará indefinidamente, ya que es solo cuestión de tiempo antes de que la información se difunda entre la población. Es por eso que apresuran todo tipo de decisiones políticas cuando la gran mayoría de la gente aún no sabe nada. Pronostico que después de esta gran monetización de la ignorancia, la población será vacunada contra nuevos ataques a la ciencia y ciertamente desarrollará una nueva forma de escepticismo. Tomará tiempo, pero lo lograremos eventualmente.
LAMBDA
Traduccion Alteatequieroverde
Altea te quiero verde 
Yo soy menos optimista.